Síndrome de Tourette ¿Qué es?

sindrome de tourette

A medida que pasa el tiempo, el cuerpo automáticamente responde involuntariamente a estímulos caudados por una repetitiva situación de estrés u otro tipo de detonante encontrado en el ambiente o personas particulares,  es decir que, al estar expuestos a constantes situaciones de tensión o presión laboral, familiar o carga académica, la persona puede experimentar Tics nerviosos como movimiento excesivo de las manos o dedos, los músculos de los ojos comienzan a temblar, incluso provocar sonidos con la boca.

Dichos tics se presentan en las zonas del sistema nervioso que conecta todos los nervios los cuales comprenden todo el cuerpo humano mostrándose como espasmos, movimientos bruscos o leves, reflejos, hasta sonidos naturales del organismo que no se pueden controlar por voluntad propia, es decir que ocurren cuando menos lo esperamos de forma repetida por una corta duración de tiempo, aunque puede conllevar a crónicas consecuencias.

Cuando llegamos un punto elevado de estrés con ansiedad y se le agrega la falta de descanso en cumplir con las horas de sueño, por ejemplo, existen personas donde su “ojos comienza a temblar” tal como se conoce popularmente, sin embargo, es una señal emitida por el cuerpo para dar a conocer que algo no está bien con la rutina que se lleva, pero dichas respuestas no tienen punto de comparación a las bruscas reacciones involuntarias que son generadas por el síndrome de Tourette.

El desorden o síndrome de Tourette se desarrolla una vez cuando se prolonga el tiempo efectuando un tic nervioso en donde suelen combinar espasmos tanto corporales como vocales y desesperadamente continúan haciéndolo de tal manera que se convierte compulsivo, obsesivo e impulsivo.

Es decir, el patrón de episodios una vez se comienza a producir en la persona los espasmos conocidos como tics nerviosos suelen ser repetitivos, a tal punto de desencadenar diferentes padecimientos cognitivos – conductuales derivados de ello en niños y permanecer en la vida adulta si no son tratados adecuadamente, como lo es el déficit de atención o problemas de aprendizaje.

Por tal motivo, es de suma importancia prestar atención tanto a los síntomas, comportamientos y conductas que se exhiben durante los primeros años de vida del niño, así como aquel factor ambiental (escuela, personas, acciones, demás) que producen los repetitivos tics nerviosos, ya que ayuda al pronto manejo, gestión y control de estos.

Qué es el síndrome de Tourette

Con el paso del tiempo, la salud mental ha sido reconocido por la sociedad como una preocupación real que le compete a todo el mundo de manera global conocer, entender y ante todo cuidar, ya que todas las personas somo seres individuales, únicos y diferentes. Por tal motivo, a pesar de que el síndrome de Tourette no sea detectado por la alto índices de casos a nivel mundial, es una verdad que puede ocurrirle a cualquier persona, la cual que va más allá del vociferar expresiones obscenas “por qué si” mientras se encogen de hombros (por ejemplo)

Ahora bien, ¿Qué es el síndrome de Tourette? Bien, para conocer un poco sobre el tema se debe tener en cuenta que, gracias a las investigaciones en el área de la salud, se puede catalogar cada una de las anomalías que el ser humano presenta, por lo tanto, el presente poco común y raro síndrome es un trastorno neuropsiquiátrico identificado como hereditario, en donde da sus primeras señales a temprana edad.

Por ende, como se encuentra involucrado parte neurológica del organismo, de la misma manera afecta los pensamientos, comportamiento y sistema de respuesta que se establece en el sistema nervioso, por lo que el desorden de Tourette se caracteriza por exponer múltiples tics nerviosos incontrolables tanto motores como fónicos, el cual con el tiempo van aumentando o disminuyendo su intensidad, de tal manera que incluyen ser transitorios o crónicos.

A menudo, las exclamaciones vocales que son manifestadas por un paciente con Tourette no son socialmente apropiadas, ya que son despectivos y palabras obscenas en forma de insulto que incomoda a quienes se encuentran a su alrededor, pues son lanzadas sin previo aviso una vez el síndrome de Tourette haya sido detonado. A la vez, se mezcla con acciones motrices como utilizar las manos para dar palmadas, tocarse la cabeza, abrir y cerrar los ojos, entre compuestas variedades de reacciones.

El descontrol sobre su propio cuerpo y mente que siente un paciente de Tourette durante los episodios nerviosos es una sensación indescriptible, ya que puede causar problemas para el bienestar físico, mental y emocional de quienes lo padecen.

Pero no siempre ocurre de esa forma, si bien, a pesar de que el síndrome afecta ciertas zonas neurológicas y psicológicas, la combinación de reacciones nerviosas (tics) que cada paciente presenta son diferentes, por ejemplo, entre los más comunes se encuentran parpadear de ojos, toser, carraspear, olfatear y movimientos faciales, por lo que, con un tratamiento adecuado, la persona vive una vida plena.  

Cabe resaltar que generalmente, los síntomas del síndrome de Tourette se manifiestan en el paciente durante su infancia, entre los 2 y los 15 años, alrededor de los 6 años, por tanto, puede afectar a personas de cualquier grupo étnico, tanto a mujeres como hombres, con indicios moderados en donde muchas personas eventualmente los superan.

Causas del síndrome de Tourette

A pesar de las investigaciones realizadas con el pasar del tiempo, no se han encontrado causas exactas que definan la aparición del síndrome de Tourette en niños, adolescentes y/o adultos, en la actualidad.

Por tal motivo, es un trastorno complejo el cual es liberado dado por la combinación de variedad de factores biológicos que han sido heredados de generación en generación y ambientales, como detonantes que estimulen las sustancias químicas del cerebro encargadas de transmitir los impulsos nerviosos conocidos como neurotransmisores, en efecto, se desestabiliza la dopamina y/o serotonina, encargadas de manejar el comportamiento y control de emociones.

En tanto, se evidencia una alteración en los circuitos nerviosos, en los ganglios basales y en la generación de la hiperactividad dopaminérgica, los cuales establecen los factores neurobiológicos que producen los tics, es decir que, que los tics son provocados por una tensión extrema en situaciones específicas como agotamiento por falta de sueño, altos niveles de estrés dado por la rutina diaria, entre más componentes externos.

Igualmente, el síndrome de Tourette puede ser causado como efecto secundario a un trastorno adyacente, dado que se ve alterado el equilibrio neuroquímico del organismo. Por ello, los niños que sufren del síndrome de Tourette a menudo pueden batallar con los impulsos hasta suprimir los tics, aunque se necesita un gran esfuerzo por lo que resulta ser a la vez un poco incómodo, frustrante y estresante no poder mostrarse tal cual como es, entonces, se acumula hasta que el tic se vuelve incontrolable.

Dichas alteraciones neuroquímicas son atribuidas al descontrol del principal transmisor ubicado en el sistema nerviosos central, el cual desempeña el papel principal durante el control de la estimulación y transporte de señales eléctricas de las neuronas.

Por consiguiente, las emociones fuertes como alegría o la preocupación pueden empeorar los tics. El trastorno no es debido a los efectos directos de algún medicamento.

Cabe destacar que no todas las personas que presenten un tic nervioso padecen del síndrome de Tourette, esto va más allá de una respuesta del organismo, puesto que tener el síndrome de Tourette significa que las personas cuentan a lo menos dos tics nerviosos físicos diferentes y por lo menos un tic vocal, además de estar presente en una duración de 1 año.

Síntomas del síndrome de Tourette

Partiendo del hecho que es común presentar tics nerviosos, el síndrome de Tourette se manifiesta de diferentes formas tanto leves como crónicas, la cuales afectan considerablemente la calidad de vida de quien lo padece, aunque tenga el control sobre ello, es impredeciblemente impulsivo su aparición.

De tal modo que, se muestran síntomas para su pronta detección e identificación que caracteriza los comportamientos y conductas del síndrome de Tourette, tales como:

  • Una persona con síndrome de Tourette presenta uno o más tics nerviosos motores, ya sea parpadear, encogerse de hombros, mover una mejilla, agitar la cabeza, mover los ojos bruscamente, retorcer la nariz, hacer movimientos con la boca, entre otras curiosidades complejas que cada individuo desarrolla.
  • Igualmente, puede llegar a expresar Tics nerviosos motores más complejos o extraños para quien no tenga conocimiento al respecto como: Tocar u oler objetos, repetir o imitar movimientos observados a otras personas u objetos móviles, caminar siguiendo un patrón determinado, hacer gestos obscenos, inclinarse o girar parcial o totalmente cierta parte del cuerpo como la cabeza o tronco, saltar en su propio eje o a larga distancia.
  • Conjuntamente, una persona con síndrome de Tourette presenta un tic nervioso vocal que se combina con los motores, ya sea gruñir, toser, aclarar la garganta, tararear, murmurar, repetir palabras o frases tanto propias o de otras personas compulsivamente, usar palabras o expresiones vulgares, obscenas o insultos hacia una persona nada específica, simplemente al aire.

No obstante, Los patrones de comportamiento dado por los tics nervioso pueden variar dependiendo de la intensidad, el tipo, el control, sexo, la frecuencia con que aparecen y la gravedad con la que se presentan, por lo que pueden empeorar se la persona se encuentra en mal estado físico y/o mental por quebrantos de salud, lo que con el pasar del tiempo se espera que se apacigüen las manifestaciones representativas del Tourette.

Pero de alguna manera, el mismo cuerpo busca la forma de avisar al Ser consciente que su cuerpo experimentará una fase de tics nerviosos, ya que la persona puede sentir picazón en la piel, cosquilleo en manos o abdomen o cierta clase de tensión muscular antes de la aparición de un Tic, entonces, una vez el tic sale a la luz, la persona siente alivio al no retener un impulso incontrolable.

Tratamiento del síndrome de Tourette

Si bien el síndrome de Gilles de la Tourette no tiene cura exacta, pero es posible la implementación de un tratamiento efectivo, ya que los pacientes con los tics suelen disminuir o controlarse después de los diez años, a pesar de que pueda interferir con ciertas actividades personales del día a día, no impide vivir y relacionarse con el mundo.

A pesar de que suele ocurrir con problemas como Trastorno de atención con hiperactividad, Trastorno obsesivo-compulsivo, Trastorno de Ansiedad, Depresión, Trastorno del espectro autista, Dificultades de aprendizaje, Trastornos del sueño, Problemas con el manejo de la ira; el síndrome de Tourette permite un desarrollo continuo de la vida del ser humano, a pesar de que ellos mismos se limiten.

Por tanto, los casos que se presentan de personas que padecen del síndrome de Tourette son tan diferentes que su diagnóstico previo pudo variar, por ello, una vez se remita a consulta psicológica y psiquiátrica, las actividades empleadas son focalizadas a la tranquilidad para mejorar los síntomas.

Siguiendo la idea, al verse alterado la conducta, la psicoterapia y terapia ocupacional pueden ser de utilidad como tratamiento alternativo poco invasiva en la mejoría del síndrome de Tourette, por medio de terapia de conversación personalizadas o grupales, tal como lo recomiende el tratamiento.

Pero no hay que dejar atrás que padecer del síndrome en cuestión afecta considerablemente el estado de ánimo o el cómo se ve la persona frente a la sociedad, por ello, la terapia conductual efectúa programas donde enseñan a las personas a estar atento de su comportamiento con el fin de cambiar lo que hace inapropiadamente, de una manera muy cautelosa sus patrones de conducta.

Existen personas que prueban con la neuro-retroalimentación, sin embargo, el progreso analizado en investigaciones permanece por un corto plazo de tiempo.

Puedes padecer de cualquier síndrome o trastorno que pueda afectar algún aspecto de tu vida, pero lo importante es tratarlo para no dejar que te domine.

 

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