Estrategias para disminuir la depresión

Contar con herramientas emocionales fortalecidas ayudan a prevenir la depresión, pues los altibajos, el estrés y la ansiedad por las dificultades de la vida, contribuyen a la aparición de esta enfermedad.

La tristeza es una emoción que no se puede ocultar ni intentar fingir con una sonrisa en el rostro cuando nos afecta una situación específica, pues esta sensación se manifiesta como cierto dolor en el pecho vivir una experiencia desagradable a tal punto de adentrarnos en un callejón el cual no somos capaces de percibir salida alguna, por lo que al intensificar el sentimiento desolador, el entorno tanto interno como externo cambia sus colores a opacos grises desalentadores, el cual abunda la desesperanza en todo pensamiento y sensación frente a la vida por un tiempo determinado.

No existe manual con instrucciones que nos indique sobre cómo vivir sin sentir dolor, ni cómo serán los caminos que enfrentaremos a lo largo de nuestra existencia, simplemente se trata de continuar caminar en los senderos que las decisiones tomadas nos conducen, atravesando cada obstáculo que aparezca con valentía, coraje, fortaleza y sobre todo amor a nuestra propia vida, si bien, la depresión suele generarse por diferentes falencias de índole personal que interfieren en las actividades que regularmente era motivo de disfrute a la persona quien lo padece.

Así es como la depresión afecta a todos los involucrados, desde quien lo sufre hasta sus familiares, amigos, compañeros laborales e incluso la pareja, por lo que es necesario encontrar una estrategia que permita disminuir las crisis depresivas sin afectar la calidad de vida o crear algún tipo de dependencia.

¿Por qué sufro de depresión?

Cuando la abundante tristeza y el desánimo interfiere en el desarrollo de las actividades que regularmente se realizaban cotidianamente, se conoce como síntoma de alerta a un episodio depresivo.

La depresión es una enfermedad mental que altera el comportamiento y la conducta humana, el cual generalmente suele afectar a mujeres menores de los 50 años o con antecedentes familiares con este tipo de enfermedad.

A veces nos cuesta controlar, manejar o gestionar nuestra propia mente, afectando considerablemente cada pensamiento, emoción, sensación, sentimiento, hasta funciones fisiológicas del cuerpo, lo cual nos hace vulnerables a factores tanto externos como internos de sufrir de depresión:

  • Transmitido de los padres a los hijos por rasgos genéticos, factores biológicos por alteración hormonal o neurológica por la composición química del cerebro.
  • Entorno de crianza desfavorable en donde se aprenden y se normalizan comportamientos depresivos.
  • Experimentar o estar involucrado en un hecho desafortunado o infeliz de la vida, ya sea un accidente traumático o el fallecimiento de un ser querido.
  • Combinación de factores desgarradores que lo conduzcan al alto consumo de alcohol o de las drogas.
  • Padecimiento de otras enfermedades o afectaciones médicas crónicas.
  • Alto nivel de estrés por situaciones desalentadoras de la vida como un divorcio, pérdida de trabajo, fallecimiento del conyugue, pérdida de una extremidad del cuerpo.
  • Aislamiento social por sensación de abandono o actos de bullying y de violencia física / verbal.

Sufrir de depresión no es un acto que se genera de la noche a la mañana, la depresión es una enfermedad diagnosticada que quien lo padece ha sufrido de una inmensa melancolía por un largo periodo de tiempo y no le prestó la debida atención en el momento indicado.

Síntomas de un episodio depresivo

A veces, ni la actitud con la que enfrentamos ciertas situaciones lo es todo para vivir, a pesar de que nos facilite la manera en cómo se perciben, habrá momentos en donde la cólera abunde, sin embargo, una actitud positiva puede ayudar a protegernos de una fatalidad.

Es preciso recordar que todas las personas sin excepción alguna, incluyendo a los menores de edad, pueden sufrir de depresión, por lo tanto, es necesario prestar atención a las pequeñas señales de alarma que esta enfermedad emite:

  • Irritabilidad la mayoría del tiempo, alto grado de fastidio y apatía hacia cualquier actividad.
  • Problemas de sueño, ya sea dificultad para conciliarlo con facilidad o por exceso de sueño.
  • Cansancio, fatiga, falta de energía falta de motivación, pesadez corporal por desgaste mental.
  • Cambio en el apetito, ya sea aumentando considerablemente de peso por la alta ingesta de alimento (hambre) o notable pérdida de peso por la falta de hambre.
  • Alto sentimientos de inutilidad, desprecio, baja autoestima, odio a sí mismo y culpa por cualquier acción cometida en el pasado / presente / futuro.
  • Dificultad para concentrarse, falta de atención al mundo exterior.
  • Sedentarismo, inactividad y inhibición de las actividades que usualmente solía realizar
  • Frecuentes sentimientos de desesperanza, abandono, nadie le quiere / valora.
  • Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio
  • Pérdida de placer, gusto y gozo frente a la vida.
  • Repentina disminución del rendimiento escolar o laboral.

Si bien, existen diferentes niveles de gravedad de depresión que van acompañadas de síntomas particulares que se intensifican a medida de la falta de tratamiento, el cual perjudica la salud y calidad de vida de quien lo padece al causar posible otra enfermedad mental.

¿Qué hacer para disminuir la depresión?

El tratamiento psicológico y psiquiátrico es la mejor opción para disminuir la depresión, pues brindará las herramientas necesarias tanto emocionales como físicas para aumentar los niveles de los químicos de la felicidad en el cuerpo como son las endorfinas, serotonina, dopamina y oxitocina, las cuales se liberan al reír, realizar actividades sociales, mover el cuerpo en una actividad física, pasar tiempo libre en el exterior, meditando, abrazar a una persona, acariciar una mascota, o pasar tiempo con amigos / seres queridos. De ese modo, intentarás practicar pensar en positivo al percibir el lado bueno de la vida.

Si bien, para disminuir la depresión es necesario construir una red de apoyo en cuanto a los vínculos personales y sociales, trabajar en los pensamientos, desarrollar resiliencia para enfrentar asertivamente los desafíos de la vida y contrarrestar las secuelas que puede dejar una crisis depresiva.

Es un hecho que la mejor alternativa para disminuir la depresión es hacerle seguimiento al tratamiento una vez sea diagnosticado.

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